sábado, 12 de mayo de 2012

¿CÓMO EVALUAR?

LA EVALUACIÓN

Va a servir para guiar y reconducir el proceso de enseñanza-aprendizaje, determinando la ayuda más adecuada para cada alumno. Se puede contemplar la evaluación del proceso de aprendizaje, del proceso de enseñanza, de la unidad didáctica.
En la unidad didáctica se contempla una evaluación inicial que va a permitir conocer lo que ya han elaborado los niños sobre el nuevo contenido. A partir de esta exploración de las ideas previas se puede constatar qué niñas y niños poseen menos conocimientos que el resto del grupo y qué niños y niñas poseen más conocimientos. Esto servirá para organizar las actividades a partir de las diferentes respuestas.
Una evaluación procesal a lo largo de la unidad a través de la observación y de la interacción con cada niño y cada niña va a ir proporcionando información sobre el proceso individual de cada uno. En esta evaluación se irán viendo las estrategias a las que recurren para resolver los problemas, así como las dificultades que presentan. Es el momento de tomar decisiones para ayudar a superar los obstáculos sin esperar a momentos posteriores.
Cuando se ha acabado la unidad didáctica conviene crear situaciones y contextos en los que se ha producido el aprendizaje, para comprobar las adquisiciones realizadas.
La técnica más apropiada para evaluar en Educación Infantil es la observación. Antes de observar será necesario plantearse qué se quiere observar y para qué. Será de gran utilidad confeccionar una escala de valoración descriptiva para recoger las informaciones de una manera sistemática y precisa.
La evaluación del proceso de enseñanza ayuda a mejorar la práctica educativa. Reflexionar sobre la propia intervención y contrastar con el equipo de compañeros puede constituir un elemento de avance en el quehacer educativo. Aspectos como la ayuda prestada a cada niño, la oportunidad y conveniencia de ésta, la actitud que se ha mantenido, las relaciones de comunicación que se han establecido, el fomento de la actividad del niño, la no suplantación, el no dar soluciones, el posibilitar los caminos, serán temas para la propia evaluación.
La evaluación de la unidad puede ser una práctica útil para ir diseñando y elaborando unidades didácticas cada vez más apropiadas para nuestros alumnos, para detectar si la propuesta ha mantenido un grado de interés durante las diferentes actividades, si ha respondido a los diferentes estilos cognitivos de niños y niñas, si se ha contemplado la flexibilidad en el tiempo y respeto a los distintos ritmos de aprendizaje, si se han tenido en cuenta las iniciativas de los niños y niñas, si los materiales y recursos han sido suficientes, cómo se han resuelto los imprevistos, si la organización del espacio ha tenido en cuenta la posibilidad de ejercitar la autonomía, de interactuar con los iguales, de expresar necesidades, si todos los niños y niñas han realizado algún aprendizaje, si se ha cumplido lo previsto o para valorar el ambiente de aprendizaje que se ha creado.
Estas y otras consideraciones efectuadas en equipo y con un talante constructivo ayudarán a saber qué ha pasado en el aula y por qué ha pasado.
A veces, lo programado y lo que luego acontece no coincide. Tenerlo presente y
analizarlo mejorará la actuación docente.



La forma de evaluación de los niños de Ed. Infantil a veces puede ser complicada, por eso he querido añadir este tema y espero que nos pueda servir de ayuda.
Aquí dejo la página de donde he sacado este texto:
 http://cse.altas-capacidades.net/pdf/la_organiz_del_curriculum_de_educacion.pdf

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